jueves, 8 de septiembre de 2011

SOBRE EUCARISTÍA


SOBRE EUCARISTÍA

P. ¿Que opina usted sobre el clamor existente para que pueda ser administrada la Eucaristía por parte de “seglares”?

R. El catolicismo se fundamenta en la sucesión apostólica; no entiendo como se protesta tanto por parte de clérigos, laicos, y teólogos católicos. Si se reconoce que el Papa es Pedro y es Vicario, es el que tiene la última palabra. Es contradictorio y necio aceptar la autoridad del papa, y protestar por que la ejerza.

P.- En la iglesia inmediatamente posterior a Jesús ¿no existía el sacerdocio?

R.- Por lo que podemos ver en la Biblia, no. Había personas, de veteranía y vida ejemplar, sobre las que las iglesias ponían la responsabilidad para ser guias y oficiantes dentro de ella. Profetas, apóstoles, maestros, sanadores, administradores, etc. Eran simples cristianos que sabían enseñar y predicar. Eran también llamados ancianos.

P.- Pero más tarde la iglesia cristiana siguió con más aportaciones.

R.- Todos los asuntos del culto y doctrina tenían su raíz en la enseñanza de los apóstoles, el consenso espiritual de las iglesias, y nada más. Posteriormente la Iglesia tenía facultades para encauzar, modificando si era preciso las formas. San Pablo decía lo mismo en todos los lugares, pero se adaptaba a las diversas culturas.

¿Canon cerrado?

Nunca se puede cerrar. Dios habla cuando quiere y "el espíritu sopla cuando quiere". (Juan 3:8) Lo que pasa es que con el pretexto se cae en mil burradas. Que quiere que e diga. Se está viendo continuamente. 

P.- El catolicismo mantiene un orden y una coherencia en todos los lugares en donde se halla establecido.

R.- Ciertamente; como factor de cohesión social es muy útil, aunque a una iglesia hay que valorarla espiritualmente. Si no, se ve prácticamente como un orden político. El Vaticano es un Estado. Hay que enfocar esto desde otro punto de vista distinto. Nada estorba... si no estorba. Y no crea que es tan “monolítico”; hay mucha contestación y diversidad dentro de él. Y se permite.

P.- Aunque a los curas se les critica, también se les respeta.

R.- Así debe ser, y no solo a ellos. Los curas son al fin y al cabo (con todos los ministros del culto en todas las confesiones cristianas), los que se ocupan de las cosas de Dios. Criticarles y burlarse de ellos por debilidades que todos tenemos, no revela la menor elegancia ni inteligencia. Creo que sería hipocresía. Pero también está claro que son ellos los que se suben a los púlpitos, a decir a los demás lo que se debe hacer. Igual que los pastores de las distintas denominaciones.

P.- Los curas critican acerbamente a los no católicos.

R.- Allá cada cual con su conciencia. Pero eso no quiere decir que se les critique a ellos, por los que se tienen por verdaderos cristianos. Si se cree que no están en la razón, se les deja y se soportan las descalificaciones.

P.- Pero es que aguantar tanta agresividad…

Más aguantó Jesús que era el maestro, y totalmente inocente. Pero fíjese en todos y verá que esas críticas (y eso en conocimiento, y hasta en escandalo de no cristianos) no les parecen a nadie de ellos como anticristianas. ¿Qué sabe nadie, lo que cree cada cual?


P.- Otras confesiones cristianas, practican también la comunión. ¿Por qué critican la que presiden los curas?

R.- Sencillamente no están de acuerdo. Jesús dijo que hicieramos la cena colectiva (ágape) que es comida común de carácter espiritual. Esta ha sido practicada desde los principios del cristianismo, destinada a estrechar los lazos de amor común que unen a las personas que, de veras, lo practican como hizo y mandó Jesús.

P.- ¿Como se explica que de una misma ordenanza de Jesús (ágape, partimiento del pan) cada uno tenga una percepción o certeza distinta?

R.- Se habla de transustanciación, de simbolismo, presencia mística, etc. y otras clases de teorías, algunas de ellas muy peregrinas. Yo creo que en cierto modo todas van a confuir en la obediencia a la ordenanza del Cristo. Lo que si es cierto, es que Jesús dejó dicho, para todos los tiempos, que se celebrara esta ordenanza y eso es lo que hay que hacer.

P.- ¿A cual de las formas reputa usted mismo como legítima o mejor?

R.- No es bueno ofender o descalificar a nadie. La conciencia de cualquiera, es tan digna de respeto como la mía. Para mí lo que se llama eucaristía, mesa, o cena del Señor, tiene tan gran contenido e intención por parte de Jesús cuando la estableció, que nadie puede definir ni captar en todo su valor. Se trata de partir pan y vino, y hacerlo porque así lo mandó Jesús. Es bien simple.

P.  Pero cada uno las considera de forma distinta.

R. Las palabras con que se trata de definir este acto de obediencia a Jesucristo son solo eso, palabras, conceptos. Y las palabras y conceptos, no modifican lo que este acto es para Dios. Para mí, el mandamiento es comer y beber en comunidad, y amor real entre todos los participantes. Lo demás lo pone Dios, y yo quedo en completa paz con mi conciencia. Dios sabrá. 

P.- Si no hay sacrificio no hay salvación.

R.- Jesús, el Cristo, fue sacerdote, víctima oferente y, por su divinidad, receptor con el Padre del sacrificio único de la cruz. Su sangre es, para la redención,  necesaria y suficiente. Ya no hay más sacrificios. Hacerlos supone (desde mi percepción),  algo así como decir que el de Cristo en la cruz no fue perfecto ni completo. Esto no es admisible.

P.- Insisto en lo del sacrificio…

R.- Si dice eso de que no hay no más hay sacrificio, vea lo que dice la Biblia RV.60.- Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. (Hebreos 13:15) Ya ve que hay más sacrificio.

P.-  Eso es católico, y no lo aprueban los protestantes.

R.- También hay que decir que las percepciones de los misterios, no son nunca uniformes y que cada uno de los que comen y beben, tendrá una concepción distinta dentro del conjunto. ¿Cree usted que todo el mundo percibe las cosas igual? Esta es una diferente apreciación, como otras más. Yo tengo la mía y es muy comprensiva de todas. No debe ser ni motivo para descalificación mutua ni, menos aun, persecución de unos contra otros. Como debe ser.

P.- Los católicos creen en la transustanciación,

Tengo amigos, católicos fervorosos, que me dicen que aceptan el dogma de la eucaristía y lo practican, pero dudan en lo de la transustanciación, a pesar de intentarlo seriamente creer. Yo creo que se esfuerzan, lo proclaman y Dios sabrá. Lo hacen, y dejan que Dios haga su obra. Lo de que es solo un símbolo, presencia mística, etc. como otros dicen, a mí no me convence.

P. ¿Eso es parte de la práctica del mandamiento del amor mutuo que ordenó Jesús?

R. Eso es lo que debería ser claro para todos. Y más entre personas (ya no digo religiones), que teóricamente deben practicar el amor mutuo por tener un mismo Señor en quien creen o dicen creer. La diversidad no debe suprimir el amor y menos sustituirlo por rivalidad, odio y persecución.

 P.- ¿Y respecto a las mujeres? ¿No pueden ser sacerdotisas, pastoras etc.?

R.- Pueden ser lo que se quiera, aunque desde el principio tienen unas funciones específicas, claramente definidas dentro de la iglesia. La moda va estableciendo unas nuevas pautas en la vida social de las mujeres, para no irritar al feminismo ortodoxo, convertido casi en religión de Estado. Jesús solo estableció apóstoles varones. Pero allá cada cual. Yo me imito a constatar.

P.- En la Biblia se lee que muchas mujeres acompañaron a Jesús en persona y algunas de forma relevante y eficaz.

R.- Efectivamente. Muchas mujeres (algunas mencionadas con nombres concretos) sirvieron eficaz y valientemente a Jesús y con sus apóstoles, pero claramente en otras funciones distintas. Hay iglesias protestantes que van a consagrar pastoras, y otras ya lo hacen. No es de mi gusto, ni creo razonable esta práctica, pero yo no soy nadie, y contemplo estas cosas desde una visión distinta y no miope.

P.- ¿Que puede hacer un católico que no esté de acuerdo con la doctrina de su iglesia con respecto a esas y otras cuestiones?

R.- Lo que cualquiera que milite en otra denominación distinta. Yo creo que lo más decente es, si no se está seriamente de acuerdo con el catolicismo o con otra denominación cualquiera, atenerse a la Escritura y no engañarse ni engañar. Hoy día a nadie se le obliga a estar en el catolicismo si no quiere. Ni a marcharse. Y si quiere cambiarse a otra confesión, que lo haga si está dispuesto a sujetarse a las normas y usos de esta.

P.- En tal caso mucha gente se excluiría y se produciría un caos religioso y social.

R.- En España ya se hace. Ya ve como está la sociedad en estos momentos; descreída y cada uno con su filosofía de las cosas. Y hay muchos países con mayoría de otras confesiones cristianas; luteranos, testigos, presbiterianos, metodistas, ortodoxos, anglicanos, etc. y conviven tranquilamente con los católicos. Esto último, por otra parte, no debería ser motivo de sorpresa entre los que se dicen cristianos. Lo contrario sí, y desgraciadamente se da.

P.- ¿Por que cree que los que le conocen a usted, no terminan de saber a que confesión pertenece y promueve?

R.- Porque me interpretan de forma simplista. Pretenden que me encaje, en algo que ellos puedan entender y definir. Sin tratar de establecer comparaciones, yo soy para la religión actual, como Jesús para la judía a la que tanto amó. Lo que ocurre es que yo no tengo su autoridad, y dejo que el juicio lo haga Dios, puesto que es oficio de Él.

¿Entonces usted es sincretista?

Sencillamente estoy con todos en la fe de Cristo. Al no aceptar “paquetes” de doctrina y praxis, soy diana fácil de “tirios y troyanos”. Pero, como Cristo enseña, a todos amo, con todos me trato, y a todos considero. El Señor juzgará a su pueblo. (Carta a los Hebreos 30)

P.- El mostrarse disidente en algunas cuestiones de doctrina, parece que equivale a una crítica.

R.- Por el contrario, estimo que es un acercamiento a mi libertad personal y la de todos. Hans Kung, Juan José Tamayo, y otros muchos más prestigiosos teólogos de concreta confesión católica, son empedernidos críticos (algunas veces muy amargos y hasta irrespetuosos) del papa y de la iglesia católica. Yo expongo lo que veo, y eso me basta.

Pero usted también critica

Yo no critico. Yo solo constato. Tengo mi fe bien establecida, y no estoy contra lo que haga otro. Usted me pregunta y yo respondo lo que me parece justo. Criticar a los católicos es muy fácil, pero no evangélico. No me interesa criticar, sino a exponer con amor y en un minúsculo ámbito propio, lo que observo según la Santa Escritura y el testimonio verosímil de los hombres santos que nos precedieron. Que por cierto, todos están de acuerdo, en que la Escritura es la Palabra de Dios.

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